domingo, 21 de marzo de 2010

Poema 2 de 3 piecesitos en ausencia (Homenaje)



Escribir, por ejemplo:


«La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»


Es lo que mas me cuesta,


me cuesta tiritar.


Pensar que las estrellas no existen y solo una cosa es clara:


Que la carne se llena de gusanos.



Puedo escribir los versos más tristes esta noche:


«Yo la quise, y a veces ella también me quiso. Y ella tambien me odio y yo tambien la ame.»


Y jugamos con las palabras y bebíamos las almas ajenas con un sorbo de ella…


Y un poco de mí.


Ella me quiso.


A veces yo también la quería.


Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos medios turnios mirando un punto fijo en el espacio.


Un maldito punto fijo!


¡Se te va todo, se nos va todo!


Se va mi voz,


que te hacía campana cerrada a cuanto no somos nosotros,


somos todos,


todos juntos estamos en un mismo fin,


tratar de conquistar las cabezas de la gente y que no se vayan,


quédense,


observen y miren precisamente el punto fijo


en el cual estamos todos desconectados


¡Dios mío!


El hombre ciego ignora que por donde pasáis,


un punto fijo de luz dejáis;


que allí donde ponéis el punto sangrante,


la luz y ella nacen más fragantes.



Ya no me queda nada por decir,


Todo lo que tenía que decir


Ha sido dicho no se cuantas veces.

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