lunes, 29 de marzo de 2010


"Rapidamente aprendí a conocer mejor esa flor. Siempre había habido en el planeta del Principito flores muy sencillas, adornadas con una sola corona de pétalos. No ocupaban mucho lugar y no molestaban a nadie; aparecían una mañana en el pasto y se marchitaban durante la noche.

... pero la flor no terminaba de prepararse para ser bella, al abrigo de su capullo verde. Elegía con cuidado sus colores. Se vestía lentamente, ajustando uno a uno sus pétalos. No quería salir toda arrugada como las amapolas. Quería aparecer en la radiante plenitud de su belleza. Pues sí, era muy coqueta. Su misterioso aseo había durado días y días. Y he aquí que una mañana, junto con la salida del sol, apareció."

No hay comentarios: